Un suministro de energía fiable, seguro y rentable sin necesidad de conexión a la red eléctrica es posible

Si la red eléctrica no llega hasta donde tenemos nuestros consumos, o si no queremos o no podemos llevarla hasta allí, la solución es lo que se conoce como una instalación eléctrica aislada. Para cubrir los consumos necesitaremos sistemas de generación de electricidad, sistemas de acumulación de la energía que no podamos consumir en el momento, y todo el resto de elementos que controlan ambos sistemas y los protegen. Además, necesitaremos un sistema de control que gestione de forma eficiente todos los flujos de energía, para garantizar que no nos quedemos sin ella.

¿Cuándo elegir una instalación aislada?

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Cuando no disponemos de red eléctrica cerca a la que conectarse, los costes de traerla hacia nuestros consumos pueden llegar a ser muy elevados, y la calidad de servicio limitada. Además, en algunos casos ni siquiera es factible traer la red, por tratarse de lugares remotos o geográficamente poco accesibles. Esto ocurre especialmente en el medio rural.

Tampoco debemos olvidar el impacto paisajístico de la red. ¿Qué es mejor, un paisaje con o sin torres eléctricas y cables?

Por lo tanto, para ubicaciones remotas o suministros esporádicos, es recomendable obtener la energía por otros medios diferentes de la red eléctrica convencional.

Cómo se hace

Antes se confiaba en los combustibles fósiles para dar la electricidad necesaria: los grupos generadores diésel, sucios, ruidosos y que requieren una costosa operación y mantenimiento. Ahora sabemos que las energías renovables, además de más limpias, son igual o mejores para cubrir las necesidades de demanda, siempre y cuando el diseño de la instalación sea correcto.

Así, en un sistema aislado podremos contar con los siguientes elementos:

  • Generación 100% renovable: toda la energía producida procede de fuentes limpias.

  • Generación híbrida: cuando ya se dispone de un grupo generador y no se quiere prescindir de él, se puede reducir su uso instalando generación renovable. De esta forma, el uso del grupo se minimizará, consiguiendo de esta manera notables ahorros en el combustible y reduciendo también la contaminación atmosférica.

  • Acumulación: en ocasiones no es posible consumir toda la energía que se está produciendo (por ejemplo, cuando se genera mucha electricidad a medio día con fotovoltaica pero no tenemos tanto consumo). En otras ocasiones, necesitaremos energía cuando no la estamos generando (como ocurre con la fotovoltaica de noche). Para estos casos será necesario que dispongamos de acumulación eléctrica. Así, los excesos de energía que produzcamos se guardarán para ser usados cuando se necesiten. En la mayoría de los casos se emplea la acumulación en baterías. La tecnología más extendida actualmente son las baterías de litio, debido a su relación calidad-precio.

  • Sistema de control: todos estos elementos necesitan regirse por un “cerebro”. Los sistemas de control gestionan los flujos de energía (producción-demanda) para garantizar la seguridad de suministro y la máxima eficiencia. Existen sistemas de control más y menos refinados. Algunos hasta incluyen predicción meteorológica, control predictivo de la demanda y otras funcionalidades.

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Por otra parte, los sistemas aislados pueden ser más o menos complejos, dependiendo de su configuración: desde lo suficiente para cubrir con la demanda energética, hasta microrredes avanzadas capaces de adelantarse a la demanda futura y a las circunstancias.

En cualquier caso, siempre se deben tener en cuenta las características particulares de cada caso y cada cliente para asegurar la opción más económica que responda a sus necesidades.

Cómo te ayudamos

El primer paso es la comprensión y el estudio de las necesidades del cliente para diseñar la solución óptima. En los sistemas aislados la dificultad radica en garantizar la seguridad de suministro y su calidad, es decir, asegurar que no va a haber problemas, fallos, caídas del sistema; en definitiva, que no se va a interrumpir el suministro eléctrico en ningún momento. Y para ello es necesario contar con la más alta cualificación para el diseño del sistema y el uso de la mejor tecnología.

Estos son los pasos a seguir:

  • 1

    Estudio inicial: en primer lugar estudiamos las necesidades del cliente y las características de la ubicación: demanda energética que hay, consumos críticos, localización, disponibilidad de espacio para la instalación, disponibilidad del recurso solar u otros recursos, limitaciones de presupuesto, requerimientos especiales… Puede incluir o no una visita a la ubicación para terminar de recopilar la información necesaria para el diseño de la instalación y su montaje. Con esto, podemos presentar una estimación inicial del presupuesto.

  • 2

    Diseño de la instalación: nuestros ingenieros diseñan la instalación óptima según las necesidades del cliente y las características de la ubicación. Para ello emplean software especializado, incluyendo métodos de simulación y optimización, e incluso métodos heurísticos, dependiendo de la complejidad de la instalación. Nuestra actividad de investigación en microrredes aisladas nos permite disponer de las más alta cualificación en el empleo de estas tecnologías.

  • 3

    Montaje: una vez el diseño está listo y el presupuesto final aprobado, se procede al montaje de la instalación, de la mano de nuestros montadores de confianza, y asegurando la máxima calidad y seguridad.

  • 4

    Puesta en marcha: el último paso es «darle al botón de ON» y hacer que todo funcione.

También ofrecemos servicios de mantenimiento, para asegurar que la instalación cumpla con su vida útil al máximo y en las mejores condiciones de funcionamiento.

Ejemplos de proyectos realizados