Los vehículos eléctricos, en todas sus modalidades, constituyen una alternativa cero emisiones a la movilidad convencional, siempre que se utilicen conjugados con las energías renovables

La movilidad eléctrica cobra cada vez más importancia y es uno de los actores clave para la transición energética y la reducción de las emisiones de efecto invernadero.

Algunos conceptos

Soluciones de movilidad eléctrica

Los vehículos eléctricos pueden recargarse empleando puntos de recarga que pueden ser tanto públicos como privados, y que pueden estar instalados en estaciones de servicio, en la calle, en centros empresariales o educacionales, en garajes y casas…

Estos puntos de recarga pueden trasmitir la energía necesaria a los vehículos desde diversas fuentes: sistemas de energías renovables (como las instalaciones fotovoltaicas), baterías o la red.

En Intergia contamos con experiencia en la instalación de puntos de recarga de vehículos eléctricos, tanto conectados a la red eléctrica como en funcionamiento aislado, a través de sistemas fotovoltaicos con acumulación energética en baterías. Hemos instalado puntos de recarga lentos (en vivienda), rápidos (en calle y centros de empresas) y ultra-rápidos (en estaciones de servicio).

Echa un vistazo a las instalaciones que hemos realizado más abajo.

Una electrolinera consiste en el mismo concepto que una gasolinera, pero, en lugar de suministrar combustibles fósiles como gasolina o gasoil, suministra electricidad.

La movilidad eléctrica está llevando a que cada vez más gasolineras y estaciones de servicio acometan la transición al sistema eléctrico. Se trata no sólo de una decisión de concienciación ambiental y estrategia comercial, sino que ya es una obligación legal.

La Ley 7/2021 recoge la obligatoriedad de instalar cargadores de vehículo eléctrico en las estaciones de servicio, de cara al desarrollo de la movilidad eléctrica y la transición energética. En muchos casos, esto implica que las estaciones de servicio tengan que aumentar su potencia contratada para garantizar el adecuado servicio a los clientes. Sin embargo, esto es un problema, ya que generalmente es costoso, y no en todos los casos se puede hacer, debido a restricciones de capacidad de la red.

Una solución rentable y alineada con los objetivos medioambientales que defiende la transición energética son las energías renovables.

Es en estos casos, la alternativa consiste en proporcionar la potencia necesaria para asegurar el servicio de los cargadores de vehículo eléctrico mediante un sistema de acumulación de energía en baterías. Esta energía puede provenir de fuentes renovables y locales, como un sistema fotovoltaico.

Cómo funciona

Durante las horas de producción solar, el sistema fotovoltaico carga las baterías. La energía se descarga, aportando la potencia que necesitan los cargadores, cuando reposta un vehículo eléctrico. De esta manera, se evita tener que aumentar la potencia contratada de la red. Este sistema podría funcionar incluso de forma aislada, es decir, sin que esté conectado a la red eléctrica.

Además, la transición a electrolinera cuenta con sistemas de gestión que consiguen adaptar la configuración de las distintas partes de la instalación (punto de recarga, generación renovable, acumulación en baterías, compra de energía de la red…) a las necesidades de cada momento.

Cómo lo hacemos

En las gasolineras que pasan a ser electrolineras, como en todos los proyectos fotovoltaicos, es imprescindible entender y estudiar las necesidades del cliente para poder ofrecer un correcto asesoramiento y ajustar la solución ofrecida.

El objetivo es dar con una solución que permita satisfacer las necesidades de carga eléctrica del cliente final de una manera eficiente, fiable, sostenible y económica.

Ejemplos de proyectos realizados